Bien está que Leire Pajín sea más bien cortita y que lo de Menistra de lo que sea le venga un poco más bien grande pero lo de la derechona con esta chica es intolerable. Primero le sacaron los colores en un restaurante después de comerse una pizza al grito de que la pizza se la estabamos pagando entre todos los parados de España si bien parece que la parada que invocaba la justificación del precio del milimetro cuadrado de pizza que había sufragado con sus estrecheces resulta que era corista de un show de Libertad Digital o Anormalidad Digital. Y ahora resulta ser que la derechona ha ponido siervos ocultos tras la sombrilla para hacerle fotos mientras tomaba los soles menorquines en una playa de compleja titularidad socio administrativa. ¿Qué pasa? ¿Porqué no la retratan cuando evacúa en un water público que pagamos con nuestro dinero todos los contribuyentes españoles con gran sacrificio en estos tiempos de crisis? ¿Acaso no existe el riesgo cierto y grava de que despilfarre ingentes cantidades de papel que desde luego le sale gratis una vez que ya depone?

En esta Santa Casa no nos han dolido prendas en ironizar con el ingenio que nos es propio a esta muchacha cuando hacía, o a nuestro albur hacía, el indio ministerial. Y no es que nos hayan dolido prendas. Es que nos lo pasamos bomba con el trio formado por la Pajín, la Soraya y la Cospedales. Pero lo que jamás se nos ocurriría es espiarlas en la playa. Porque eso es de voyeurs, sea por móviles sexuales o sea por móviles sexopolíticos - es decir por la política generada con el móvil de tocar los huevos -.